CONOZCAMOS MÁS A DIPTYQUE
La historia de Diptyque comenzó en París en el 34 boulevard Saint-Germain, tres
amigos impulsados por la misma pasión creativa: Christiane Gautrot un
diseñador de interiores, Desmond Knox-Leet, pintor e Yves Coueslant, un
director de teatro y escenógrafo.
Los dos primeros habían
colaborado diseñando telas y papel pintado para Liberty y Sanderson y en 1961
abrieron una tienda en Paris para mostrar sus diseños. Yves se convirtió en el
administrador y consultor; Desmond y Christiane fueron el alma artística. Poco
a poco, con un gusto muy depurado, el trío transformó el lugar en un entorno
único, una especie de bazar donde se podían encontrar artículos sorprendentes
traídos de sus viajes.
Dos años después lanzaron su
primera vela, Aubépine, y en 1968 su primera fragancia: L’Eau. Hoy en día, el
anagrama blanco y negro es conocido en todo el mundo. Sus productos se pueden
encontrar en el extranjero en pocos y escogidos puntos de venta. Por ello
nosotros nos sentimos muy afortunados de tenerlo en nuestras tiendas.
La inspiración de los
fundadores proviene principalmente de la naturaleza, de sus viajes y relatos de
Marruecos, Grecia, Provenza, o la Inglaterra medieval. Son creaciones con alma
propia, que provienen de historias y personas reales.
Para la realización de una
fragancia, la firma investiga y trabaja durante meses. En su elaboración se
utilizan aceites y esencias naturales. Finalmente el aroma queda registrado y
patentado bajo la marca Diptyque.
En cuanto a las velas
perfumadas, se utiliza una fórmula secreta para la cera y el proceso de
producción es también totalmente artesanal. Desde el etiquetado al vertido de
la cera o colocación de las mechas, todo se realiza manualmente. Son productos
basados en la exclusividad como lujo bien entendido, sobriedad y discreción.


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