Erno Laszlo


Se le conocía como El doctor de las estrellas. Gary Cooper le pidió ayuda para mitigar sus ojeras; Katharine Hepburn recurrió a él cuando quiso hacer desaparecer las pecas de su rostro; Marilyn Monroe despertaba su piel con sus preparados, como Jackie Kennedy o la Duquesa de Windsor.

Este húngaro que emigró a Nueva York en el año 1939 y abrió consulta en la Quinta Avenida demostró su sabiduría como cosmetólogo haciendo un uso total del agua. Sus consejos, sus productos y su mal carácter lo hicieron pronto famoso: echó literalmente de su consulta a Ava Gardner cuando descubrió que ésta no había seguido el tratamiento.

Dicen que cuando murió, con 85 años, no aparentaba más de 50.

Hoy, su leyenda sigue viva y Woody Allen, Sting o Madonna son consumidores fieles de sus productos. Seguro que os suenan sus elegantes envases en blanco y negro, y es que aparecen en películas como Annie Hall, Armas de mujer o La Hoguera de las Vanidades.

Laszlo primero dividió en siete los tipos de piel, de muy seca a grasa, y realizó un tratamiento complementario para cada uno de ellos. Es muy conocida “la técnica del agua”, que consistía en realizar 30 abluciones de agua en la cara por la mañana y exactamente igual por la noche para hidratar y regenerar de forma natural la piel del rostro. Este ritual prepara la piel para el siguiente paso que ya se tiene que hacer con sus productos.

Uno de sus productos estrella es el Suero Transphuse Topical que reduce las arrugas y suaviza la superficie de la piel. Contiene relajantes musculares tópicos y puede combinarse con el Transphuse pHixation, un lápiz rellenar de arrugas.

Pero además entre nosotras hace furor su mousse de maquillaje porque cubre cualquier imperfección y es tan ligera que ni tú ni nadie se entera de que la llevas.

Os animamos a pasar por Compostela 6 para probar sus milagros.

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