Aesop en la calle Compostela
Aesop es propuesta alternativa de productos de belleza para hombre y mujer para la piel, pelo y cuerpo basados en botánica que ya podéis encontrar en nuestra tienda de la calle Compostela.
Son productos muy naturales, con los conservantes mínimos. Su fundador, Dennos Paphitis, sostiene que ‘el primer paso positivo para una gran piel es escoger productos compuestos para trabajar con la propia fisiología de la piel. Piel y plantas tienen un gran punto en común, en virtud de sus similares composiciones físicas, y consecuentemente, los productos que contienen extractos botánicos tienen una enorme afinidad e interacción positiva con la piel’.
La filosofía de la empresa es muy ecológica, así que todos sus envases son recicables, desde los frascos a las etiquetas y no vienen en cajas. Además tienen un diseño muy moderno que nos encanta.
Es muy conocida su crema de manos, ‘la mejor crema de manos del mundo’ dicen. La crema hidratante de mandarina os podemos dar fé de que va muy bien para las pieles grasas o mixtas. Además causa furor en Europa la línea Parsley, que aparte del extracto de perejil al que debe su nombre, lleva otros componentes de reconocida eficacia como el aloe vera o el té verde, potentes regenerantes y antioxidantes capaces de proteger y transformar la piel.
Otros productos igualmente interesantes son: la mascarilla concentrada de camomila (antiacné), suero para los ojos con extracto de perejil (anti-ojeras), tratamiento facial de rosa damascena (un verdadero cóctel revivificante para pieles extrasecas y estresadas) o el serum facial sin aceites.
De todas formas tenéis que tener siempre en cuenta que para tener una piel perfecta, tres son los pasos: limpiar, hidratar y nutrir según las necesidades de cada piel. No existe la magia, la belleza exterior, al final, es el resultado de una actitud saludable, dieta, ejercicio moderado y consecuente atención física, y protección, de la piel.
Por último, os comentamos que los precios de Aesop van en consonancia con la firma y son también fantásticos. Aunque seguro que muchos los conocéis porque tiendas como Colette, en Paris, o LuisaViaRoma, en Florencia, llevan años vendiendo sus productos.
Son productos muy naturales, con los conservantes mínimos. Su fundador, Dennos Paphitis, sostiene que ‘el primer paso positivo para una gran piel es escoger productos compuestos para trabajar con la propia fisiología de la piel. Piel y plantas tienen un gran punto en común, en virtud de sus similares composiciones físicas, y consecuentemente, los productos que contienen extractos botánicos tienen una enorme afinidad e interacción positiva con la piel’.
La filosofía de la empresa es muy ecológica, así que todos sus envases son recicables, desde los frascos a las etiquetas y no vienen en cajas. Además tienen un diseño muy moderno que nos encanta.
Es muy conocida su crema de manos, ‘la mejor crema de manos del mundo’ dicen. La crema hidratante de mandarina os podemos dar fé de que va muy bien para las pieles grasas o mixtas. Además causa furor en Europa la línea Parsley, que aparte del extracto de perejil al que debe su nombre, lleva otros componentes de reconocida eficacia como el aloe vera o el té verde, potentes regenerantes y antioxidantes capaces de proteger y transformar la piel.
Otros productos igualmente interesantes son: la mascarilla concentrada de camomila (antiacné), suero para los ojos con extracto de perejil (anti-ojeras), tratamiento facial de rosa damascena (un verdadero cóctel revivificante para pieles extrasecas y estresadas) o el serum facial sin aceites.
De todas formas tenéis que tener siempre en cuenta que para tener una piel perfecta, tres son los pasos: limpiar, hidratar y nutrir según las necesidades de cada piel. No existe la magia, la belleza exterior, al final, es el resultado de una actitud saludable, dieta, ejercicio moderado y consecuente atención física, y protección, de la piel.
Por último, os comentamos que los precios de Aesop van en consonancia con la firma y son también fantásticos. Aunque seguro que muchos los conocéis porque tiendas como Colette, en Paris, o LuisaViaRoma, en Florencia, llevan años vendiendo sus productos.
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