Milano Fashion Week: Dolce&Gabbana


Los diseñadores sicilianos antes del desfile proyectaron un vídeo que se titulaba ‘Pigiama Barocco' para ambientar el show en el que el pijama masculino de seda, ya sea de lunares o de listas, y en varias versiones, fue el protagonista absoluto.

Para enriquecer los looks, porque sus propuestas no denotan para nada la ansiedad económica de los mercados, los pijamas se complementan con lazos en el cuello, pelos enjoyados y suntuosos broches.

En contraste con la ligereza de la seda proponen tejidos rígidos, muchas veces brocados o con pedrería, que exageran mucho las formas, ya sea las mangas, tipo Minnie Mouse, o las faldas, totalmente ahuevadas o lápiz por debajo de la rodilla. Combinan siempre los vestidos con joyas barrocas y bolsos con multitud de lujosas cadenas.

Cuidan tanto el estilismo que hay una salida en la que los complementos principales son una lujosa bolsa para perros y un caniche en el brazo de la modelo. Es gracioso que estos perritos pasen de ser animales de compañía a un complemento fashion.

Por supuesto la cintura, como ya hemos visto en otros desfiles, pasa a ser una de las partes más realzadas de la anatomía femenina, ya sea con fajines o cinturones. Y volvemos a ver abundancia de pantalones en la pasarela.

Por último imprescindible hacer mención a los vestidos de fiesta, llenos de flores blancas, que a simple vista parecen magnolias o rosas, aunque os lo confirmaré cuando los vea de cerca, con los que las modelos parecen bucólicas diosas de la primavera.

El mensaje es claro: ¿quién habla de crisis? El lujo es el lujo y, sobre todo en estos tiempos, Dolce&Gabbana nos quieren tratar y hacer sentir como marquesas. No es una mala filosofía, al final la moda pret-a-porter también nos permite soñar...

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